subrayar los enunciados
Soy un lápiz, el ordinario lápiz de madera, familiar para todos los niños, niñas y adultos que saben leer y escribir. Escribir es mi vocación y mi distracción; eso es todo lo que hago. Puede preguntarse por qué debería escribir una genealogía. Bueno, para empezar, mi historia es interesante. Soy un misterio, más que un árbol o una puesta de sol o incluso un relámpago. Pero, lamentablemente, los que me usan me dan por hecho como si fuera un mero incidente sin antecedentes. Esta actitud arrogante me relega al nivel de lo cotidiano. Esta es una especie del error grave en el cual la humanidad no puede persistir demasiado tiempo sin peligro. Porque, tal como el sabio G. K. Chesterton observó: “Estamos pereciendo por falta de asombro, no por falta de maravillas”.